Por Javier ARISTU
Dentro
del proceso de ¿renovación? del sistema político español que está en marcha, y
que todavía no sabemos dónde y cuándo acabará, destacan distintos elementos.
Algunos tienen que ver con la fluidez con que seguidores de unos partidos se
pasan a otros ( son llamativos los casos de la transferencia de cuadros de IU a
Podemos, de UPyD a Ciudadanos, entre otros), la volatilidad de los electorados,
hasta ahora fijos y estables en gran medida entre los dos partidos
mayoritarios, la inestabilidad de algunos partidos y la facilidad con que
surgen nuevas agrupaciones políticas —no me atrevo a denominarlos todavía partidos— que se presentan a las elecciones y
logran resultados aceptables, y otros que no cito para no alargarme. Estamos
sin duda ante una fase de modificación estructural que supondrá posiblemente el
final del bipartidismo como eje institucional y el principio de otra fase
caracterizada por la pluralidad y el pacto entre sujetos políticos diversos, lo
cual conlleva a su vez la constitución de un nuevo lenguaje político donde
demagogia y populismo tendrán que competir con responsabilidad y acción de
gobierno.
Artículo recogido de l blog "En campo abierto"
Artículo recogido de l blog "En campo abierto"
articulo completo en: SUSANA Y PABLO: CUANDO ÉRAMOS JÓVENES