Una política ecológica para el Medio Ambiente y el
Territorio de Izquierda Unida y más concretamente de IU CM, ha de ser una
política transversal que afecte a la práctica totalidad de las políticas sectoriales
y muy especialmente a las de carácter económico y local.
El medio ambiente, o si preferimos la realidad del entorno
ecológico, está condicionado por el modo de producción; así la degradación
ambiental de la Comunidad de Madrid ha sido y es consecuencia de un modelo
productivo basado fundamentalmente, por una parte, en la construcción con un
urbanismo desaforado y disperso y las infraestructuras viarias que han
propiciado la ocupación masiva de suelo (muchas veces del más fértil y
productivo), y por otra en una política de transportes que ha fomentado el uso
del automóvil privado, principal causante de la contaminación atmosférica; y un
modelo energético basado en el uso de los combustibles fósiles.
Este modelo productivo ha traído como consecuencia una degradación
progresiva del medio natural madrileño, no paliada por la existencia de
espacios protegidos que, en el mejor de los casos son islas en un territorio
fragmentado por el urbanismo y las infraestructuras, un territorio arrasado por
el capital financiero inmobiliario constructor. Islas que ahora se están
promocionando como “oportunidades de
negocio” de un turismo ambientalmente insostenible. Baste como ejemplo la
promoción turística que la Comunidad de Madrid y los Ayuntamientos vinculados al
mismo, están haciendo del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama.
La política de urbanismo disperso ha traído como
consecuencia una ocupación indiscriminada del espacio madrileño (lo que algunos
autores han denominado como el melanoma del suelo), además de propiciar el uso
del automóvil privado, no sólo para los desplazamientos a la capital, sino
también muchas veces imprescindibles en el interior de los propios municipios)
con las consiguientes consecuencias de contaminación atmosférica, congestión viaria
(que en el modelo productivo madrileño se intenta paliar, sin conseguirlo, con
nuevas infraestructuras), pérdida de tiempo y de calidad de vida de los
ciudadanos y otra forma de extraer rentas del trabajo a través del gasto en
transporte ya sea este público o privado; consecuencia de una fragmentación
territorial que genera la necesidad de cada vez mayores desplazamientos desde
lugares cada vez más lejanos.
En definitiva el antiecológico modelo productivo de los
distintos gobiernos de la Comunidad de Madrid (y no excluimos prácticamente a
ninguno) así como de la mayoría de sus Ayuntamientos, ha traído como
consecuencia una región fragmentada en lo urbano y en lo natural, la ocupación
urbanística y de infraestructuras de suelo natural y fértil; atravesada por más
de mil Km de autovías y autopistas, la mayoría innecesarias; un medio cada vez
menos natural cada vez más contaminado por tierra, agua y aire que ha generado
una degradación de la naturaleza con la consiguiente pérdida de actividad agraria
y de biodiversidad; generando todo ello repercusiones negativas en la salud,
así como pérdida de calidad de vida y de renta de los madrileños.
Sin desdeñar medidas puntuales correctoras o de freno de
actividades económicas de repercusión ecológica negativa que, si son realmente
eficaces, generarían contradicciones irresolubles con el propio modelo, una
política ambiental de Izquierda Unida para la Comunidad de Madrid, no puede
basarse más que en la implantación de un modelo productivo de base ecológica y
social que promueva el desarrollo humano de sus habitantes, mediante la
diversificación productiva, tanto sectorial como espacial, potenciando un
desarrollo endógeno de las localidades y comarcas que fije población y empleo
en ellas limitando así desplazamientos de personas y mercancías, proteja la
biodiversidad y con la conservación de suelo y espacios naturales y
agrícolamente productivos.
Todo ello sin olvidar el serio y cada vez mayor problema de
los residuos, urbanos, industriales, de construcción, etc…, problema que desde
los gobiernos del PP se pretende solucionar mediante medidas diseñadas para el
negocio de su recogida, tratamiento y eliminación (actividades que constituyen nuevos
nichos de negocio de las constructoras) y no mediante su reducción, reutilización
y retorno (lo que traería una disminución del volumen de negocio de esas
empresas, incluidas las de reciclaje), olvidando conscientemente que el residuo
más barato de recoger, tratar y eliminar es el que no se produce.
Líneas Generales de medidas
ecológicas para un gobierno madrileño
No es intención de este escrito presentar un programa
ecológico para las elecciones de Mayo, sino de establecer unos ejes generales
de ese programa que formarían parte de nuestras líneas maestras de gobierno en
esta materia, tanto para la Comunidad de Madrid, como para los Ayuntamientos.
La elaboración del programa se hará posteriormente, aunque
con toda la brevedad posible (el tiempo está en contra nuestra) con las
aportaciones que, aquí y en otros foros, se realicen.
El eje de una política medio ambiental de gobierno debe ser
ecológica y social que persiga el desarrollo humano, alejada tanto del puro y
simple conservacionismo, como del nefasto desarrollismo.
Ese eje no es otro que el ir avanzando hacia un nuevo modelo
productivo que restablezca la fracturada, en favor de la acumulación
capitalista, “interacción metabólica
entre la naturaleza y el hombre”, en palabras de Marx.
La recuperación del
espacio
Se hace necesario recuperar el espacio natural y urbano de
la Comunidad de Madrid, tanto para la conservación del medio natural y de la
biodiversidad, como para el bienestar de los ciudadanos, partiendo de la base
de que quienes más sufren la degradación ambiental son las clases trabajadoras.
Ordenación de los territorios rurales dentro de una
Normativa de Ordenación y Protección Integral del Territorio de la Comunidad de
Madrid. Una política ecológica de de recuperación del suelo sólo puede ser la
de superar los territorios protegidos con una política de protección del
territorio.
La Comunidad de Madrid necesita de una nueva cultura del
territorio, ya que en realidad, la actual no consiste más que en favorecer la
acumulación del capital que ha generado una “incultura” hegemónica del
despilfarro, del individualismo, de la insolidaridad, de la competitividad, del
usar y tirar y de los productos basura, que han sido los pilares básicos del capitalismo.
La Comunidad Autónoma de Madrid tiene las competencias en
lo relativo a los usos del territorio, al medio ambiente en espacios naturales
protegidos, agricultura, ganadería, caza y pesca.
Por su papel ecológico y de mantenimiento de un mundo rural
con base agraria, crear la figura de planeamiento de “suelo rústico de protección agraria”, destinado a
fines agrícolas y ganaderos.
Espacios de especial protección
La política de recuperación o creación de espacios o territorios
“naturales” protegidos solo tiene garantías de ser eficaz si se inscribe en el
contexto de una estrategia integral de protección del territorio considerado
como algo vivo y complejo.
Un ejemplo es el del Parque Nacional de la Sierra de
Guadarrama, un parque temático en el que se está priorizando su uso turístico
frente al de conservación del entorno ecológico y de la biodiversidad.
Tanto en este, como en otros espacios protegidos se hace
necesario un aumento de la superficie protegida acompañada de una alternativa
ecológica y social para los mismos.
Diversificación
productiva
Aprovechar los recursos endógenos y las posibilidades
productivas de cada localidad y comarca, además de fijar empleo en los pueblos
y localidades madrileñas, contribuirá a la disminución de las necesidades de
transporte y de consumo de energía.
Debemos tender hacia una ordenación descentralizada,
disminuyendo la radialidad emanada de la capital, así como a una
descentralización de la actividad industrial y servicios, de las ubicaciones de
los centros institucionales nacionales y regionales, de abastos y proximidad de
los servicios públicos básicos.
Un aire limpio
El transporte y especialmente el uso del vehículo particular
de combustión interna es el principal factor de producción de gases
contaminantes y de efecto invernadero en la Comunidad de Madrid.
En ese sentido las medidas encaminadas a la mejora de la
calidad del aire madrileños deben ir dirigidas muy especialmente a reducir la
necesidad del transporte y su impacto ambiental.
Se hace necesario elaborar una estrategia de recuperación de
la calidad del aire de la Comunidad de Madrid, basada en la participación de
los agentes implicados (administraciones central, autonómica y local,
organizaciones ecologistas, etc…)
Infraestructuras y
transporte
Más infraestructuras viarias no solucionan los problemas de
movilidad, sino que los trasladan en el tiempo (efecto rebote) o en el espacio
trasladándolo a otros lugares de las Comunidad.
Es necesaria una política de gestión y no de construcción,
encaminadas a la “evaporación” del tráfico.
Siendo conscientes de que es un proceso largo, se trata e
dar un giro radical a la política de transportes e infraestructuras, encaminada
a un modelo en el que primen las necesidades reales de la sociedad que reduzca
las necesidades de transporte y evite el despilfarro en infraestructuras, que
proteja la riqueza natural de la región y promueva un acceso equitativo de los
servicios.
Energía
En materia energética, la regulación racional de los
intercambios de energías humanidad-naturaleza requiere un proyecto de sociedad
basado en las energías renovables, la descentralización en la producción
(municipalizando parte o toda la energía de las
instalaciones municipales, fomentando el autoconsumo energético), y en la
utilización ahorradora, incluso reductora, de la energía.
Dicho de otra manera, la vía está en “liberar” el desarrollo
de las fuerzas productivas de “las trabas capitalistas”, avanzando hacia un
cambio del actual modo de producción para él que es imposible tanto la
sobriedad del consumo energético, como su descentralización. Avance
mediante el indispensable desarrollo
democrático de las fuerzas productivas de unas energías renovables que cumplan
unas condiciones mínimas como ser capaces de proporcionar una cantidad
sustancial de energía; tener un rendimiento de energía neta de 10:1 o más y no
tener un impacto ambiental, climático o social inaceptable.
Fiscalidad Ecológica
Crear una fiscalidad ecológica siendo conscientes de que resulta una tarea compleja y requiere, para
cumplir el objetivo de proteger el medio ambiente y compatibilizar conservación
y desarrollo económico y social.
Los Residuos
La recogida, gestión y eliminación de residuos, competencia
municipal, es uno de los problemas ambientales más difíciles de resolver en la
actualidad; especialmente si se trata de hacer desde la perspectiva de su
eliminación.
Es necesaria una nueva estrategia de residuos de la
Comunidad de Madrid que cambie radicalmente el actual modelo basado
principalmente no en cómo eliminarlos (negocio empresarial), si no en la
reducción, la reutilización y el retorno y subsidiariamente en el reciclaje, el
tratamiento y eliminación.
Hay que partir del principio de que el residuo más fácil y
menos costoso de eliminar es el que no se produce.
José Ramón Mendoza
Febrero 2015
Nota: Este texto fue presentado en el "Encuentro Político" de Espacio Plural el pasado viernes 13 de Febrero de 2015
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